
Había empezado este post anoche. Anoche tenía un cierto suspenso. Hoy sólo tiene drama.
Mi hijo de 11 años heredó su filiación fubolística de mi familia política, superando a cualquier pariente y antepasado en cantidad y calidad de pasión por la camiseta. Esa es su cruz. Mi hijo es de River Plate.
Hace unos anõs, escribió una carta al club millonario (ja!), que decía así: Desde que nací soy hincha de River. En las buenas y en las malas... De cuna al cajón, gallina de corazón. Quiero ser socio! ¿Hasta cuando sigue cerrada la inscripción?... El 20 de febrero del 2006 nos llegó un llamado de un Sr. Gimenez, Lucho y partimos hacia Nuñez a asociar al niño. Si bien no era un dotado para el fútbol, empezó en la escuelita de River y a fuerza de patear penales a diario a la Santa Rita en el fondo de mi jardín, la empezó a mover. Juega como es en la vida: el tipo arma.
Por mi lado, he hecho innumerables colas en el Monumental con su carnet para todos los partidos que creo podemos ir una madre con un hijo de sexto grado. El padre también hace el aguante, pero seamos claros, la que no duerme por un partido en casa soy yo... y el Caballero Templario del gallinero que es mi hijo.
El Caballero, que en 6to B es llamado "El Bushito", es el último defensor de River en su clase. Había uno que otro gallina pero la verdad sea dicha: ésta es la era xeneize. Qué chico tiene ganas de pasar toda la primaria sin festejar un campeonato...
Ayer lo fui a buscar al Bushi a un entrenmiento despues del colegio, y lo veo jugando con la camiseta de Boca. Le gritaban "Al centro Bushi!! O te llamamos 'Román'!" Estaba cumpliendo una prenda por el resultado del Superclásico. Las madres se ríen cuando me ven llegar. "¿Qué es eso que tiene mi hijo adherido al cuerpo?" grito yo desde lejos. Aclaremos, las madres bosteras son insoportables. Cuando metió un golazo de cabeza (como el de Abreu del domingo - pero éste entró), se levantó la camiseta y mostró sonriente la franja colorada y los colores de su corazon.
A la vuelta venía callado tomando esa asquerosa bebida azul de extraterrestres. "Si no ganamos esta noche, mañana me como 59 piñas." Y empezó a contar: "10 del Turqui, 5 de Lule, 9 de Santi...." Eran como ocho los bosteros que iban a pegar a mi hijo...
A esta altura, de River no me sorprende nada... pero un maracanazo como el de anoche quién se lo esperaba... Esta mañana el auto al colegio era una morgue. Yo, típica madre, acoto "la apuesta era si perdía. Perder no perdimos." El Caballero me contesta "yo aposté que ganabamos, ma." Al bajar, agarra la mochila, sonríe y me dice "No te preocupes, Mamá. El único que pega fuerte es Lule y con él aposté un poco menos..."