martes, 29 de julio de 2008

volver

Pasaron ocho años y medio. Parecía ayer. Fue hoy. Me senté en la sala de reunión, con esa sensación ingrata de ser una visita cuando uno es dueño de un lugar. Dueño de años caminando ese pasillo y pidiendo un té con leche tras esa puerta, riendo con otras caras detrás de esos mismos escritorios. Pero como toda vuelta con la frente marchita, respiraba melancolía. Las cosas quedan quietas en el tiempo, pero los seres humanos cambian y se intercambian. Ya no están más los que estaban y ya no soy la que fui.

Me dí vuelta y sobre la infaltable mesita de acrílico, con el sucaryl y la leche en polvo, había un papel que decía "eran otros tiempos, era otra la historia. No había medallas, sólo hambre de gloria. Sólo se jugaba por la camiseta..."

Me paré de golpe -causando impacto en los señores de traje que me rodeaban- porque este papel era una señal, un mensaje de lo alto... Siempre he tenido revelaciones de vida a través de la cultura popular... Y ésta -probablemente la mejor propaganda de todos los Mundiales- dejada a propos en un papel en lo que fue algo asi como mi hogar diurno en forma errática durante algo de 12 años.... estaba ahí para decirme algo estaba segura...

Los señores de traje no compartían mi entusiasmo con el hallazgo, pero convengamos que los señores de traje entienden poco sobre las revelaciones de vida y la cultura popular.

lunes, 21 de julio de 2008

mis cinco amigos

Dice el Clarín de ayer: Los buenos amigos, aquellos que están siempre, no son más de seis. En mi casa, abundan los amigos. No míos, aclaro. De chica solía decirle a una hija mía, que se quejaba de no ganar premios, que los premios para los que saben ser buenos amigos son invisibles. Tengo varios hijos que tienen el talento de la amistad. En eso salen al padre.
Yo tengo pocos amigos. Según el artículo, condición para ser amigo es saber dar y recibir amor. En eso, según mis amigos, me gano el Martin Fierro. También se priorizan los contactos cara a cara... Un saludo a mis amigos que están siempre, agradeciendo que se acuerden de mi cara aunque no la vean.

sábado, 19 de julio de 2008

esta soy yo hace momentos


Esta soy yo hace momentos mirando un atardecer de los que hay todos los días, pero que uno sólo vé algunas tardes prodigiosas, preguntándome cuando es que llega oficialmente "el atardecer de la vida", si ya me llegó, cuantos atardeceres me quedan, si el alma pesa 21 gramos, si hice algo para merecer esta bonanza, cuantos años tendría Michael Landon en "Bonanza", si yo hubiera sobrevivido en el Wild West, si hubiera sido de las chicas del saloon o más del estilo de la hermana ciega de Laura Ingalls, si Dios me estaría mirando mirando al atardecer y si quedaba dulce de leche para comer con las bananas que compré hace un rato en el pueblo...
Si Ud puede conversar sobre todos o varios de estos temas, está invitado a mirar el atardecer conmigo.

martes, 1 de julio de 2008

Queen Bess

"Extraño a Queen Bess", me dijo anoche. "A esta hora solía ir y tomarme un champagne. No era caro. Yo creo que al dueño le gustaba que fuera ahi a la tardecita. Por eso me lo cobraba 7 pesos a la copa. Yo le podía permiso a tu mamá, y nunca me decía que no."

Vieron esa pregunta repetida, ¿Qué harías si ganaras el lotto? Pues yo compraría Queen Bess. Me refiero al tradicional bar en la Avenida Santa Fe al 800, con sus pesados cortinados. Lo compraría y lo dejaría igual. Contrataría a un pianista que toque standards de los años 40 por las tardecitas. Requisito laboral sería interpretar con onda "You make me feel so young" y "Cheek to Cheek". Pondría a un barman pelado, y cobraría la copa de champagne a 7 pesos.

Vamos despacito por esas cuadras que él camina desde hace casi un siglo, con su saco tweed y su corbata moñito. Y miramos al mundo que él conocía, clausurado y cubierto en grafiti.