martes, 29 de abril de 2008

Lo prometido es deuda

Todo indicaba que ahí terminaba la historia, al menos para mí. En pocos meses el objeto de mis deseos y la petite Sophie estarían estudiando juntos en el exilio, cursando juntos el otoño y alguna materia, con mi suerte algo de arte italiano renacentista, y caminando de la mano a la heladeria de la calle Dunster. Septiembre en Nueva Inglaterra no falla.

Pero un verano podía cambiar tantas cosas...O no? Antes un verano daba inmensas oportunidades para cambios radicales, crisis, rupturas, affaires...ahora como mucho, se me aclara un poco el pelo o me sale una peca más ...

Ese verano la petite veraneó en Córcega. La madre de Sophie, alpinista profesional en las escalinatas aristocráticas europeas, no terminaba de aprobar de mi IncrediBoy, y de la experiencia universitaria norteamericaa que servia solo para distraer a una chica de su destino natural (edición limitada la señora). No sé los detalles pero Sophie terminó el verano a bordo de un yate de un conde, un tal Stefane, comprometida para casarse en octubre. El conde tenía 36 años y nos parecía un anciano. Sophie nunca llegó a Harvard.


Hubo algo que siempre me dio pena de la historia de la petite. Años más tarde cuando gané la beca para irme a estudiar allá, hubo en encuentro en una comida yuppie al oeste de Central Park. Por fin la conocí. Ella estaba de visita sin el marido ni los dos hijos. Tenía sólo 23 años pero era una señora. Tenía cada rulo rubio perfectamente colocado estrategicamente entre una vincha Chanel y los aritos Bulgari. (Yo tenía una mini de rayas negras y blancas y unas medias negras que llegaban arriba de la rodilla. Creo que se usaban). Nos presentó él, mi amado.

Mientras yo hacía un esfuerzo por seguir un cuento de Cristopher Cline en una punta de la terraza, intentaba mirarlos como al pasar. Hablaban mucho. A veces parecían mirarse a los ojos sin hablar. Yo me preguntaba si yo tendría alguna vez algo que ver en esta historia. Ella tenía una sonrisa triste. El parecía consolarla. Cuando los volví a mirar, él no estaba más. ¿Se habría ido sin saludar? Eran tán pocas las oportunidades que tenía de verlo... De repente alguien me toca de atrás. Me mostró dos entradas para escuchar a una cantante nueva en el East Village. Huimos juntos. Sophie quedó con unos europeos altísimos en la terraza. Yo me fui con IncrediBoy. Era septiembre de 1988.

lunes, 21 de abril de 2008

la clásica historia

A mí me gustaba él.
A él le gustaba ella.

Yo tenía quince años. El, dieciseis. Ella se llamaba Sophie y tenía una vespa rosa. El vivía en Roma. Ella también. Yo vivía soñando con él. Ellos vivían abrazaditos en una vespa rosa haciendo wheelies por empedrados medievales. Bip bip. Yo vivía escribiendo cartas que nunca mandaba.

Pasaron los años. El estudiaba en Harvard. Yo estudiaba en un edificio destartalado en la esquina de Moreno y Defensa. Ella preparaba su ingreso universitario. Me llamó un día con la noticia. "La aceptaron a Sophie! En Harvard! ¿Hola? ¿Estás ahí?" Porque ese era mi karma. Yo era la amiga. Es trillado, lo sé, pero mi vida tiene muchas escenas de comedia romántica.

Sigo mañana.

jueves, 17 de abril de 2008

Uruguay III: Conaprole

Una de las ventajas de los afiliados al resortismo es que los resorts suelen servir desayunos abundantes y variados.
Ahora bien, ¿como pretenden que los 200 huéspedes del resort compartamos este pote minimalista de dulce de leche? No será zen, pero apreciaría muchísimo que alguien saque el frasco de Conaprole, tamaño familiar. Mr Increíble me conoce bien y pide a la señorita uruguaya si no puede traer un potecito especial de dulce de leche para nuestra mesa... ¿Quién dijo que era tán difícil hacerme feliz?

Aprecio este gesto de mi amado porque conozco bien sus gustos por la mañana.
El desayuno de Mr. Increíble. El desayuno mío.

Uruguay II: En busca de Uruguay, cueste lo que cueste

Como era difíicil encontrar a Uruguay en el "resort", tuvimos que salir a buscarla. Resulta que Uruguay, cerca de Carmelo, tiene muchas colinas. En las subidas mi amado, que siempre está disponible para dar alguna indicación o directiva en materia de deportes, me gritaba "Bajá un cambio". Este amable consejo no era apreciado ya que no quedaban más cambios ni en los platos internos ni externos, y las subidas estaban mortíferas (y aclaremos que yo no me dedico mucho al modelismo...). "Está todo en UNO", gritaba yo. Ay, por la bicicleta de ET!
Cuando ya estaba agonizando en la antepenúltima subida, sentí la mano de mi amado sobre mi derrière ejerciendo la suficiente presión como una especie de motor trasero manual. "¿Te ayuda?" me pregunta mi más que nunca amado. "Es heavenly" le digo, recordando porqué es mi amado.

Finalmente encontramos Uruguay...


miércoles, 16 de abril de 2008

Uruguay I

He aprendido a amar a Uruguay. Es un gusto adquirido de grande porque mi padre -a pesar de haber sido concebido en Piripolis- quiso veranear siempre en Argentina. (Creo que estaba orgulloso de no conocer Punta del Este.)
De Uruguay amo las fiambrerías, las calles empedradas, los caminos que corren al lado de la costa, los prados vacíos, el mar perfecto. Amo lo cálido, la sencillez, la falta de pretensión...
Ayer rapté a mi amado, (Cuando digo mi amado, es "my beloved", mi marido, el que anteriormente fue conocido en este blog como Mr. Increible -marido de Elastichica.) Lo cité a Mr Increible en Puerto Madero para almorzar.Mientras él me esperba inocentemente en el restaurant de enfrente, hice el check-in y le mandé un mensaje diciendo que se cruce a la terminal de Buquebus. Cuando se enteró que se trataba de un secuestro express, largó una carcajada. Balbuceó algo de una reunión a las 3 en microcentro. "Qué pena", le dije. "Yo a las tres, voy a estar en Uruguay".
Hoy, en su cumpleaños, amanecimos en ese resort donde tantas veces me había querido llevar. A mi no me gustan los "resort". Estoy en contra del "resortismo" sean Club Med o Cuatro Estaciones, no es lo mío. Pero hete aqui que lo amo y es su cumpleaños.

Ahora, yo intento poner buena onda, pero ¿porqué la escenografía asiática? Es la polinesia a la americana en Uruguay. ¿No se puede tomar un lugar perfecto y dejarlo perfecto?

¿Porqué el Río de la Plata tiene que estar flanquedo por filas de totems balineses, yins, yans y buddhas sonrientes? En un momento, Mr Inc le pidió en su modo más adorable a una señorita si por favor le podía bajar la música zen porque no podía pensar.

Y ¿qué pasa con las yerberas? ¿No existe otra flor zen que flote en agua? Las están gastando.

No quiero ser mala onda, pero ¿hace falta?

(la vuelta la hicimos en la Cacciola. El pancho no era nada zen...)

domingo, 13 de abril de 2008

Oleo de una mujer con sombrero



Hoy me acordé de esta canción. Me la dedicaron más de una vez. Siempre el pretexto era que yo era cobarde para el amor. La verdad era que los chicos querían sexo, y yo me lo estaba "perdiendo". Me perdía "esa bella locura", mi breve cintura debajo de él/ellos. Me perdía su forma de amar. Me perdía su huella en mi mar. Aclaremos que no eran Silvio Rodriguez los que me lo cantaban. Eran chicos de Buenos Aires. Uno desafinaba mucho.

La única vez que dolió fue la tercera. Ya hacía un tiempo que el que era mi incondicional me venía ofreciendo "conocer el deliriio y el polvo" y yo siempre por alguna razón, "huía como una gaviota". Eran otras épocas. Yo lo quería reservar. Como si se gastara.


Hoy nos quedamos hablando con mi amado sobre la primera vez. Hablamos de Sophie, la sueca-francesa con la que debutó él a los 16 recién cumplidos. (Tenía 15 en realidad, pero por alguna razón, prefiere decirme que tenía 16). A Sophie la conozco bien porque hay 346 fotos de la rubia en una caja de zapatos de Fausto Santini tirada en el altillo. Cada tanto me cruzo con la caja y me quedo tildada mirando a la diosa de mirada dulce. Sophie no se lo perdió. Al delirio y el polvo. Con razón sale tán linda.

miércoles, 9 de abril de 2008

I got it from my mama



Mis hijas me hacen un homenaje. Todas las tardes estos últimos dias. Hacen un baile sugestivo, con un movimiento de cadera muy fluido, y sonrientes me cantan esta canción. Aclaro, mis hijas tienen 13 y 14 años. Son lindas, graciosas y buenas. Pero este homenaje...

martes, 8 de abril de 2008

Cuando fui la amante de Peron (2nda Parte)

Parece que como actriz, no tenía futuro.

Esa tarde en la Juilliard todos los que habíamos dado la prueba nos acercamos al papel que pegaron en la puerta con los nombres de los que tenían un "call-back" (los que habían pasado el filtro inicial). El papel decía "Call-backs: Polly Painter".

De Yale Drama School me acuerdo poco. Más que nada de Shenille, la alumna que me hacía de guía por el campus. No pegaba ni una conjugacion ni un tiempo verbal. Ese día anoté esta maravillosa frase: "I had me some donuts this morning and they be doin' flips in my stomach." Y ella estudiaba en Yale. Sólo en USA.

Esa fue la noche de mi último fracaso actoral. Mi unico consuelo era ir corriendo a los brazos del más espléndido, el que me encantaba con pasión. Con el más espléndido, antes de partir para New Haven, habíamos tenido una noche neoyorquina perfecta. Fuimos al restaurant Arcadia, y luego a su departamento con unos arándanos. Fue lo más parecido a Sex in the City que jamás me había ocurrido (y no solamente por la parte de la City). Según mi amiga Lula, le escribí una postal que decía: "Estoy en Nueva York. Me rebotaron en las escuelas. Pero tengo un novio de morirse." Le toqué el timbre a mi flamante "novio" con una botella en una mano y una cajita de arándanos en la otra. Hice un gesto como para hundirme en su abrazo, pero él me frenó. "Tenemos que hablar".
Pero.. porqué no se van todos un poco a la Polly que te Painter... Lloré como Juana de Arco, y para peor, y no había ningún casting que lo viera...

En Buenos Aires acepté un trabajo en un estudio jurídico importante de más de 30 abogados por 75 australes mensuales. Copiaba actas en libros societarios y hacía los registros del art 123 en la Inspeccion General de Justicia. Era un lujo tener un trabajo pago en el año 86. Hasta que una noche a fines del 87 fuimos con Fernando F al Gran Splendid a ver "Hechizo de Luna". Y era clarísimo nuevamente: yo quería amar así, yo quería actuar así y tenía que volver a Nueva York. Corté con Fernando F. y en dos semanas hice 5 solicitudes de ingreso a distintos programas de Master en Derecho en o cerca de Nueva York. Me aceptaron en uno con media beca. Busqué "fundación" en las páginas amarillas y les mandé cartas manuscritas pidiendo plata hasta a la Fundacion ADDA (Asociación para la defensa y los derechos de animal). Conseguí el resto de la plata y en agosto de 1988, me tomé el buque.

No era Nueva York, pero me metí en el Club de Drama de la universidad y me dieron un rol en el musical del otoño.

Llamé a Buenos Aires (que salía millones de australes) y avisé de mis éxitos. Me eligieron para ser la "Mistress" en Evita y canto una cancion divina... sola ! Mi papá se reía. "Podrá ser? ... La mando a Jarvard para que sea la amante de Peron..."

lunes, 7 de abril de 2008

Cuando fuí la amante de Perón (1era parte)

En mi taller de dramaturgia estamos entrando en una nueva etapa. Ahora además de intentar extirpar escenas con contenido dramático de nuestros inconcientes, resulta debemos conectarnos con nuestros cuerpos, relacionarnos con lo actoral que llevamos dentro y animarnos a expresar quienes somos desde ahí... ¿queda claro?
En el ejercicio de hoy tuve que exponer en forma de relato, mi relación con la actuación. Al escuchar mi triste historia, mi profesor, y maestro, me ha intimado a que hoy mismo lo ponga por escrito. Sin escatimar demasiado detalle (por esto, me disculpo). Acá va...

No puedo contar como experiencia actoral, los personajes (generalmente masculinos) que me tocaban invariablemente en el colegio de monjas al que asistí(varones no había, y los personajes femeninos les tocaban a las chicas lindas). Tampoco se apreció nunca en el ambiente teatral que fui seleccionada entre muchas chicas que curtían la parroquia, para hacer de Maria Magdalena en un Via Crucis Viviente en Plaza Francia.

Mis primeras clases de teatro en serio fueron con Roberto Saiz en San Telmo. Corría el año '84 (me encanta poner "corría el año tal"... efectivamente los años corren y apenas los alcanzo). Estaba cursando cuarto año de Derecho y se me permitía este "jobby". A mi padre, que aclaro es un muy buen tipo, le tranquilizaba que yo repitiera cada tanto que era efectivamente un "jobby".

Como a todos, a mí también las clases de teatro me volaban un poco las neuronas. Algunos compañeros (que hoy integran una banda de humor capaz de investigar un suicidio colectivo de pingüinos) se habían pasado al Conservatorio (Nacional de Arte Dramático en la calle Araoz). Yo, en cambio, seguía cursando Derechos Reales, y aprendiendo de memoria las causales de la excepción de incompetencia.

De repente se me dio una posibilidad imperdible: estudiar teatro por un mes en una escuela de Nueva York. Mi maestro Roberto me preparó y me mandó cual paloma herrera con mi monólogo de Juana de Arco de Shaw fotocopiado, memorizado y dobladito en el bolsillo minúsculo de mis jeans rosas (de marca Hugs). Camuflada como una inocente visita a mi hermana, dí una audición de la san p con lagrimas y mocos verdaderos, y me aceptaron. En Buenos Aires estaban todos felices con mis éxitos. (Mi mamá especialmente porque hubiera querido ser actriz y famosa. Mi papá felízmente preocupado...)

Este fue mi segundo paso en el teatro se me terminaron de volar las neuronas, quedando la última ahí en Madison Avenue, estacada con dendrita, mielina y nudo de ranvier (Anatomía, 4to año, bachiller. Para estas inutilidades tengo memoria).

Al poco tiempo terminé la facultad, y llegó el momento de la verdad. -Esta es la parte que me da mucha vergúenza.- Quería volverme a Nueva York pero no tenía plata. Quería ser moza, conseguir algún jeito en la off-off-off... se me hacía agua la boca de sólo pensarlo. Además había un tipo (cherchez il "tippe")... me encantaba ... el más espléndido de todos los "tippes"... y quería concretar algo que había quedado insinuado. Mi papá, ahora infelizmente preocupado, me propuso que si entraba en una buena escuela de teatro, él vendería nuestra casita en Miramar para que pudiera ir. Decidí hacer la prueba en la Juilliard y Yale Drama School, las dos escuelas más prestigiosas de actuación. Tiré la moneda: Si esto era lo mío se tenía que dar. Sino, en marzo me esperaba la entrega del título y la jura de la bandera.

Era un enero muy frío. Me preparé como pude un monólogo clásico y uno moderno. Cuando llegué a la Juilliard, me dieron un numerito, 667. Había seis vacantes.

Continuará mañana...

sábado, 5 de abril de 2008

Yo creia que iba a ser famosa


INES (CONT’D) ¿Estás bien mami?
MEME Si, pero quería ver estas fotos, las que me trajo Manucho... ¿Vos qué hacés acá querida?
INES Estoy de visita ma, ¿te acordas?
MEME No, porque ¿donde vivis querida?
INES Vivo en Nueva York, ¿te acordas mami?
MEME Ah si. Te fuiste. Me dejaste en escabeche.
INES ¿En escabeche? ¿Qué es escabeche?
MEME ¡Esta es la que estaba buscando! Mirá acá tenía 14 años. Estabamos en Mendoza. Yo era Cenicienta. En la obra del colegio La Misericordia.
INES Estas lindísima Ma.
MEME El vestido era de organza y la tiara era de la mamá de Sarita Pinto. Los Pinto eran gente muy bien de allá, de Mendoza. (Se ríe) Esa noche había unos chicos de pantalón largo, el Mago Fontana y Ralo Puga Menendez. Me andaban persiguiendo pero no se animaban a acercarse … yo los conocía porque me habían hecho la pasada muchas veces. Bajaban por Colon y pasaban justo delante de casa en Patricias Argentinas. Daban la vuelta y volvían. A Mamá no le gustaba nada. (Vuelve a mirar la foto.) Yo estaba segura que iba a ser famosa. (Se ríe con amargura.) ¿Y vos cuando te vas a casar querida?
INES Ma yo estoy casada, hace bastante.
MEME Nené querida. Yo sé que no te casaste con él por culpa nuestra. Porque era judío y vos sabías que para mi eso era algo muy complicado.. y no porque yo tenga ningun prejuicio porque yo soy muy abierta con todos los credos, las razas. Si no tengo mas amigos judíos es porque no conozco a más judíos, más que a los Hirsch, que no parecen judíos para nada. A veces muestran la hilacha, pero en general son de lo más agradables. Ahora todo esta bien, las cosas estan mas sueltas querida. En esa época estaba preocupada no por mí … pero la gente habla Nené… bueno hablaba. Ahora … estan todos muertos. Casate querida, dame el gusto.
INES Mama (sin palabras…) Me casé hace 15 años.
MEME Pero de que hablás? De ese tramite en un registro. Eso no es casarse. ¿Adonde vivís vos querida?
INES En Nueva York mami.
MEME Ah cierto. Te fuiste. Me dejaste en escabeche.

miércoles, 2 de abril de 2008

como eramos antes

Estas fotos van dedicadas al Mellizo. Hay noches, como esta, en las que hace bien recordar cómo eran las cosas antes... gracias melli